Puán, una realidad, lamentablemente palpable

Por Santiago Miranda Rodríguez

El otro día estaba caminando por el centro de la Ciudad de México, estaba terminando de hacer mi examen de admisión a la Escuela Libre de Derecho, un ceneval complicado y cargado de presión. 

Era domingo y me encontraba con completa libertad por la ciudad, así que decidí desplazarme hasta el hermoso sur, donde desayuné y posteriormente recorrí; Soy un gran aficionado al cine, por lo que decidí cumplir uno de mis sueños y me dispuse a conocer la Cineteca Nacional. 

Cuando entre, no puedo negar mis orígenes provincianos, por lo que, efectivamente, me sorprendí, recorrí el fondo de cultura que se encuentra en la planta baja, las tiendas y su galería. En mi asombro, decidí continuar mi experiencia y entrar a una sala a ver una película, cuando vi la cartelera, no conocía ninguna, salvo la Naranja Mecánica y no iba a desperdiciar una entrada a tal cine, para ver una película que he visto un millón de veces, así que escogí una película al azar, sin saber que el metraje que entraría a ver, me sorprendería aún más. 

Puán es una película argentina del año 2023 protagonizada por Leonardo Sbaraglia y Marcelo Subiotto, que aborda uno de los temas más complicados para Argentina y toda América Latina.

En principio, habla sobre una universidad de filosofía en el barrio argentino de Puán, que de la noche a la mañana y por un súbito accidente se queda sin director, guía y catedrático superior en la materia de ciencias políticas, la carrera insignia de la universidad. 

Se ubica temporalmente en los inicios de los años 2000, donde la situación política nacional se encontraba similar a la actualidad, una ardiente lucha de ideologías, donde la crisis es latente, destructiva y no discrimina, afectando a todos por igual.

En tanto se agudiza la crisis, la película señala e ilumina uno de los más vergonzosos actuares de todo gobierno y es que cuando las cosas se ponen feas, el primer brazo en ser cortado es la educación.

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Pone de manifiesto el interés que tiene el estado en el desarrollo de las humanidades, el cual es casi nulo, puesto que a diferencia de otras materias, la filosofía invita a pensar y cuestionar el poder en turno.

También es un guiño a la actualidad de la Argentina, donde los ministerios de educación pública han sido eliminados y dejados de lado, una excelente radiografía a la descomposición social de una cultura tan dividida y altamente politizada, dónde se mantienen los faraónicos ministerios de seguridad, defensa y se gasta casi el doble en estos, que en los comedores públicos, los cuales, cada día se saturan más debido a la crisis.

En fin, mi aventura preuniversitaria en la ciudad, concluyó con un gran ensayo de un poco más de uno hora y media que refleja la debilidad de las instituciones públicas y falta de compromiso e interés en el conocimiento y difusión de las respectivas ciencias, artes y conocimiento, dejando a su suerte e ignorando a las miles de personas que como yo, buscamos una oportunidad real universitaria pública gratuita y de calidad. 

Negando este derecho y muchos más relacionados, el gobierno argentino y los latinoamericanos, al politizarse en escalada y sin control, son cada vez más renuentes a aceptar reformas o implementar políticas públicas que prioricen  la educación y a la larga pongan en peligro sus estructuras complejas de poder que tienen su origen en la ignorancia y desconcierto de la gente que a su vez no se atreve a cuestionar.