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Micelio: Las redes y lo que nos conecta

Por Sánchez García Alejandra Abigail

Las relaciones entre las mujeres con los hombres, de las personas con otras
personas y de los humanos con su entorno, siempre ha sido tumultuosa. Se ha
desarticulado la relación del ser humano con la naturaleza y se ha producido el
mayor reto que los seres vivos han de sortear:la unificación de uno mismo con el todo.


De eso va “Micelio” una obra de danza artística que surgió de la necesidad de
reflexionar hacia la consciencia de que somos parte de una existencia que nos
vincula y afecta. Desligarnos entre nosotros y de los demás seres vivos, ha
generado deterioros a nivel humanitario y en los diversos ecosistemas. Toma como metáfora a los hongos que, a través de su micelio, conectan a los bosques permitiendo entablar comunicación, intercambiar nutrientes y tomar decisiones que sean mejores para el conjunto.


El todo y la danza
La pieza se conforma de diversas etapas que van desde la expresión de lo natural, el entorno social y sus facetas y finaliza con un panorama metafórico de la unión de ambos. Como primera acto se aprecia la unión entre un hombre y una mujer dando pie a la unión de lo masculino y lo femenino. A través de una danza dual se retoma la dimensión de Masculinidad-Feminidad con ello la armonía interpersonal, no hay más en el escenario que la interacción “tú y yo” y como de esta relación se desprende el compartir afectivo y la reproducción del todo.


Posteriormente comienza la danza grupal en la que los tropos se vuelcan a la
naturaleza. Las estaciones se ven representadas a través de los cambios musicales comenzando con lo armonioso y cauteloso del jazz y la primavera, un momento en que la luz y los bailes son más caóticos y desenfrenados. Durante toda la presentación se puede apreciar vapor cuyo fin es hacer alusión a las esporas que desprenden los hongos. Con la primavera hay demasiada de esta sustancia, con cada movimiento se libera más.


El verano, por otra parte, es más bien el momento en que los movimientos se
vuelven más acelerados y poco a poco el escenario se queda un poco más vacío, el calor lo rige todo, el jazz cambia a instrumentos de percusión, recordando a lo carnavalesco propio de los lugares cálidos. Cuando finaliza esta estación comienza el otoño, un momento de mayor tranquilidad.


Esta estación es la más larga pues hace referencias no sólo al ocaso del día si no también al ocaso del año y de la vida. Se muestra en este momento cómo se
cumplen los ciclos de diversas formas vitales, de las plantas, de los hongos y
también que en diversas culturas es en el otoño cuando se representa ritualmente a la muerte.


El comienzo del invierno se ve envuelto en mucha paz, la calma musical y la
oscuridad son los elementos perfectos para su representación. Las bailarinas lanzan al aire pequeños elementos blancos que aluden a la nieve y a lo frió, es entonces que ellos mismos sólo manejan sus movimientos en el piso, pues están en reposo, esperando el retorno de la primavera. Se habla, entonces, de lo cíclico de la vida, las metáforas naturales y se con un ojo aguzado se encuentran las referencias a lo cultural y social.


Pero ¿qué es el micelio ?
En pocas palabras el micelio es el «internet natural» de la Tierra. Es la parte “oculta” de los hongos, como las raíces de las plantas. Se trata de una serie de filamentos que constituyen una red de, literalmente, cientos de kilómetros bajo nuestros pies.


Toda esta estructura de filamentos recuerda, a menor escala, a las conexiones
neuronales o, incluso, a Internet. Esta red está dispuesta como un colchón invisible que se encarga de descomponer toda la materia orgánica. Pero no solo esto, sino que conecta con las raíces de muchas especies vegetales ayudándose mutuamente para conseguir sus nutrientes. El micelio está presente en muchos tipos de suelos, en todo el mundo y de muchísimos tamaños.


Un poco más de “Micelio”
Retomar un concepto tan poco conocido y que alude más a lo natural que a lo
artístico debió ser una tarea difícil para Myrna de la Garza Brena, directora artística y coréografa de pieza. La relación entre una y otra se desdibuja para unir de manera interdisciplinaria lo social, lo histriónico y lo biológico. El entendimiento de como trabaja las estaciones es esencial para entender el concepto que quiere poner en escena. De lo contrario pasaría desapercibida la perfecta unión entre la danza, las luces, los cambios musicales y el vapor.


Dicha composición fue llevada a cabo por Rafael González “Sr. González”, Patricia Gutiérrez Arriaga, Sabina García y Jackie Brown, sin dejar atrás todo el equipo que estuvo detrás de esta puesta en escena. Por otro lado el elenco de danzantes está confirmado por Iliana Bautista, Sahián Dávila, Myrna de la Garza, Maximiliano V. Flores, Giselle Morgado, Citlali Rojas, Mónica Rueda, Martha Elena Welsh “MarthEl” y Lizbeth Xospa.


Está maravillosa pieza finaliza con un enorme entramado de hilos que fusionan a los artistas con el escenario y el telón. Las luces les unden en un mar blanco que crea un escenario onírico en el que el espectador solo cumple esa única función de público. Sin embargo, al salir del teatro, quienes participan en la pieza interdisciplinaria te hacen una invitación que cita: “Micelio colectivo. Este tejido ha ido creciendo a lo largo de las funciones de Micelio gracias al público que se ha sumado anidando su hilo. Te invitamos a ser parte”. Está bonita invitación no solo es eso, es también un recordatorio de que todo pertenecemos al Micelio que es la sociedad.

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Arte

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