Crítica de la película Hogar: la devoción enfermiza hacia el materialismo y capitalismo
Por Los Hermanos Caradura
El mundo atraviesa por una situación difícil, sin duda tenemos que hacer esfuerzos para poder salir avante, además, debemos restringirnos de muchas cosas que dábamos por sentadas, una de ellas, era ir al cine a disfrutar historias a 24 cuadros por segundo. En décadas pasadas esto hubiera sido algo muy difícil de afrontar, en especial para gente como nosotros, los cinéfilos, aunque en viejos tiempos contábamos con bibliotecas audiovisuales empaquetas en cintas, desde el fallido intento de Sony y su Betamax, hasta el DVD y el más moderno Blu-ray, sin embargo, siempre habría una limitante, y no se podía conseguir todo, en especial las series, pero gracias a la tecnología y aquella Apolo 13 que rentó Reed Hastings, tenemos a Netflix, proveedora de horas de ocio y esparcimiento vía streaming, y hoy les traemos la crítica/recomendación de una cinta que podrán encontrar en este proveedor, así que vamos a por la nota.
Los cineastas españoles están dando catedra en muchos aspectos del cine, desde la fotografía, los encuadres y hasta las temáticas sociales. La reciente cinta “El hoyo” es muestra de ello, pero no es la única, de entre esta nueva ola de películas nos encontramos el film “Hogar” el thriller psicológico dirigido por los hermanos Pastor (Los últimos días, 2013).
La reseña corta es: véanla, les hará pasar el tiempo. No es una obra maestra pero no deja mal sabor de boca en lo visual y es una obra bien cuidada en su hechura, y si son cinéfilos empedernidos, es una cinta para ir observando esta evolución que están teniendo los cineastas españoles. No es necesario correr para ir a verla, cuando tengan un tiempo échenle un ojo.
Nos encontramos en la silla del director en tándem a los hermanos Pastor, David y Àlex, que debutaron en 2009 con Infectados y en 2013 fueron premiados por su trabajo en Los últimos días. Los actores en escena son: Javier Gutiérrez, Mario Casas, Bruna Cusí, Ruth Díaz, David Ramírez, David Selvas, entre otros.

La trama entra en el género de thriller psicológico y nos cuenta la historia de Javier Muñoz, (Javier Gutiérrez), un ejecutivo de publicidad que no pasa por el mejor momento de su carrera profesional ya que se encuentra en paro laboral y al parecer, desfazado de las nuevas generaciones e ideas del mundo publicitario, además de darse cuenta de que el mundo laboral ha sufrido una precarización acusante. Su vida llena de lujos hace que poco a poco le pase factura a sus bolsillos y con ello tener que dejar el piso en que vivía con su familia, para trasladarse a un barrio en dónde poder pagar el alquiler. Un día descubre que aún conserva las llaves de su antiguo departamento y decide entrar, dándose cuenta que desea recuperar lo que fue antes suyo por lo que poco a poco se va infiltrando en la vida de los nuevos inquilinos destruyendo todo lo que se le interponga entre él y su objetivo.
La trama no es para nada compleja, se nos quedó un aire de que la tesis que propone ya ha sido abordada y toma ideas de varias películas y novelas para dar cohesión a la historia, pero su fuerte no reside ahí, sino en la crítica social del sistema en que vivimos, uno despiadado que nos hace querer más y más sin saber bien el por qué y que somos capaces de hacer lo necesario para poder conseguir lo que en la publicidad dice que es ser feliz o exitoso. La critica laboral también esta presente, aunque es más para España con una sociedad que envejece y que muchos de sus individuos ante la crisis económica mundial tienen que buscar trabajo, pero al no ser jóvenes se les desplaza hasta el punto de volverlos becarios o trabajar sin remuneración alguna, en el llamado “periodo de prueba”, aunque esto no es exclusivo de aquellas latitudes, es una constante que se vive a diario, solo que con sus respectivas variantes.

Como ya dijimos, los cineastas españoles están trayendo una buena calidad en sus cintas. Si la película no atrae por la historia sin duda lo hará por la fotografía, por la manera de hacer sus encuadres, el manejo de la cámara, que pese a no ser compleja nos entrega un producto bien pensado y terso en sus progresiones. La música es casi inexistente, pero está, no sobresale ni acompaña, solo existe; es uno de los eslabones débiles de la película, pero para nada hace desear dejar de ver la conclusión del film.

Sin duda la cinta cumple bastante bien, nos muestra un trabajo de unos cineastas que tratan de abrirse camino homenajeando e inspirándose en uno que otro film, es más, no faltará quién asocie esta película con la galardonada “Parásitos” pero eso es algo alejado de la realidad ya que son productos distintos, sin embargo, eso no hace despreciar a “Hogar”, ya que nos lleva por otras sendas, en la que no es que el personaje sea un psicópata, sino solo es producto de sistema que venera de manera enfermiza lo material e idolatra la ambición como un medio para la felicidad, sin importar los que se haga, ya sea destruirse a uno mismo o a terceros.
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