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Cómo entrenar a tu dragón 3: 10 años después, no tenemos ni dragón ni idea de como entrenar a uno

Por: Los Hermanos Caradura

Advertencia, si no has visto las anteriores películas de esta saga, corre a verlas antes de entrar a la reseña o ir al cine por la tercera parte, en verdad que te hacemos un favor al decirte esto. Anda ve…

Hemos ido a ver la película de Cómo entrenar a tu dragón 3 de Dreamworks, cinta que cierra no solo la trilogía, sino todo un arco argumental de cine, una serie –sí, también hay 8 temporadas de esta saga– y uno que otro videojuego, pero estos últimos irrelevantes; todo esto nos tenía atrapados desde aquel, gracias a la posmodernidad, lejano 2010, pero bueno, dejemos de extendernos tanto y vayamos a la carnita de la película.

No sobra decir que la película la vimos en IMAX 3D, doblada al español.

Primeramente los datos técnicos: El estudio que nos trae esta cinta no es otro que el mismo que nos dio a Shrek, Madagascar y hasta El príncipe de Egipto (los que siguen nuestras reseñas sabrán que de esta película salió un gran artista que creó el juego de Ghost of a Tale, un deleite visual), de esta manera vemos la calidad de animaciones que nos tiene acostumbrado el estudio.

En la silla de director se encuentra Dean DeBlois, quien ha estado en distintas películas animadas, tanto por computadora como las ya clásicas. De entre ellas resalta Lilo & Stitch y la saga de Cómo entrenar a tu dragón.

En las actuaciones/voces, tenemos a Jay Baruchel como Hipo; Cate Blanchett como Valka, madre de Hipo; Craig Ferguson como Bocón; América Ferrera como Astrid Hofferson, la compañera/pareja de Hipo; T. J. Miller y Kristen Wiig como Brutacio y Brutilda; F. Murray Abraham como Grimmel, entre otros más actores que salen en la película. En español, las voces son muy competentes y no nos fue una tortura escuchar doblada al español la pelicula pese a que disfrutamos más los audios del idioma original.

Las actuaciones son de regulares a buenas, caso aparte la animación y el motion caption –si es que existió– de F. Murray Abraham en su papel del antagonista Grimmel; la gesticulación y personalidad que se transmite son de aplaudir, no llegan al nivel de Andrew Serkis pero se nota el poder en la actuación y es que estamos hablando de nada más y nada menos de Antonio Salieri de Amadeus, así que, menos, no se esperaba de él.

La calidad de la animación, pues bueno, no sorprende pero cumple y tiene momentos muy interesantes, vistosos en cuanto a la paleta de colores pero hasta ahí. Mismo caso de la música, no resalta, a decir verdad, se pierde a veces y solo en momentos específicos, como cuando Chimuelo conoce a furia luminosa, es donde sobresale. Diseño de arte y esas otras cosas técnicas, la verdad es que es regular la película, pero no necesita salir de su zona de confort ya que cumple de manera adecuada en esos apartados.

¿De qué va la película?, bueno, a decir verdad la trama no es compleja en sí, todos conocemos el viaje del héroe: tiene una vida apacible, viene un evento que trastoca su vida y lo hace crecer, emprende un viaje para aprender y enfrentar aquello que desordenó todo en un inicio para más tarde, regresar victorioso. Vale, la película no es una historia más del “héroe y su viaje” es algo más profundo, que a primer vista no se nota.

Pero bueno, se estarán preguntando ¿cuál sería la razón de ir a ver la película?, no nos malentiendan, es una gran película, pero los apartados visuales, actuaciones o música no son su lado fuerte, su fortaleza reside en Hipo y Chimuelo, ellos se llevan toda la cinta, la nostalgia se hace patente en cada uno de sus minutos ya que nos hace remontar a cuando recién eran unos pequeñuelos. Además de que la relación entre ellos es muy fluida.

Cómo entrenar a tu dragón es, como ya dijimos, una historia que ya tiene casi 10 años entre nosotros, muchos de sus espectadores originales ya han crecido, algunos pasaron de la infancia a la adolescencia, otros más, en donde nos encontramos nosotros, pasamos de esa juventud a la vida adulta; es de esa misma manera que los personajes y la historia han crecido y madurado junto con su público. Así que ahondar quién es quién en la película, está de más; y sí, es necesario haber visto las otras entregas, ¿por qué? Pues porqué es la única manera de empatizar con los personajes, de entender los sentimientos de cada uno, en especial de Hipo y de Chimuelo, los protagonistas de esta saga.

Creemos que la saga ha tratado de enseñarnos que los héroes sufren de maneras muy distintas a los clichés ya establecidos, nos han mostrado la humanidad de ellos –eso también se le puede adjudicar a Chimuelo–, y la tercera entrega no es para nada distinta, nos habla del amor verdadero, de aquel que entiende al otro como un ser independiente y que se construye por fuera de nosotros, de las necesidades que existen en ambas partes de un amor, que no necesariamente tiene que ser de pareja, puede ser de amistad, familiar, etc., y una vez más, nos muestra el cómo lidiar con el dolor y todo, de nuevo, por amor.

Desgranar un poco más de la película sería spoliear al apreciable, lo único que podemos decir que es obligatorio ver la hermosa conclusión que se da sobre la historia de Chimuelo e Hipo, ambos han madurado y comienzan a entender que sus peripecias tienen un fin, pero no antes de hacer una “última aventura”.

En La Isla de Minerva, le damos 4 de 5 plumas mochuelas.


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