ANIMA: Entre lo onírico, la crítica y la publicidad
Por Jimena Rincón (Mochuela Geek)
Era viernes por la noche y me disponía a descargar el juego What Remains of Edith Finch para mi Switch (reseña que después les tendré) y la pantalla de inicio de la consola marcaba una hora para completar la bajada del videojuego, así que decidí perder el tiempo en alguna serie corta o película de Netflix, pero a la vez, me abrumaba la cantidad de series “originales” que tiene y dónde muchas ya están con un camino recorrido, y la verdad, me daba hueva comenzar una serie y terminar enganchada (una vez más). Dicho lo anterior, refine la búsqueda y me encontré con un cortometraje de nombre Anima que hoy les traigo.

Anima es un cortometraje dirigido por Paul Thomas Anderson y guion de Thom Yorke (vocalista de Radiohead), ambos ya han trabajado conjuntamente así que son viejos conocidos entre ellos; y el director lo es en el mundo del séptimo arte (Petróleo sangriento es una de sus películas que me gustan más). El cortometraje es complejo, es en parte promoción para el disco en solitario del vocalista de Radiohead, también es una danza bellamente coreografiada, una historia de amor, de pesadillas y sueños rotos, y a todas luces una crítica a la modernidad (o posmodernidad, ya ni sé), esto último lo baso en el papel de critico recio del vocalista contra la sociedad de consumo y el capitalismo.

Visualmente es muy hermoso el cortometraje. La dirección de fotografía es por parte de Darius Khondji (que ha trabajado con gente como Woody Allen y David Fincher), el uso de efecto de luces y de perspectiva empatan perfectamente con la coreografía de las distintas danzas (coreografía montada por Damien Jalet) que se nos presentan a lo largo de la historia. Hablando de ello, tenemos a Thom Yorke siendo el protagonista de ésta última. Yorke es, al parecer un trabajador que yace en un vagón de lo que asemeja un metro y se encuentra a una chica (Dajana Roncione, pareja de Thom Yorke en la vida real) a la que persigue por una caja que olvida ella lo que desencadena toda la trama, de la cual no desvelaré más para no causar spoilers.

Anima es un cortometraje que pese a lo intrincado de su mensaje (en parte político, económico, laboral y hasta onírico), lo complejo de su música y lo enredado, aunque hermosamente llevado, del plano visual, es una delicia para el espectador. Anima es de esos performance difíciles de digerir, pero no por la carga teórica o discursiva del mismo, sino porqué nos cuesta liberarnos de los conceptos o los preceptos que cargamos por default, en vez de dejarnos llevar solo por la obra de arte, en este caso, por el cortometraje mismo.
En La Isla de Minerva le damos 4 de 5 plumas mochueliles