¿Por qué Irán es el foco de atención de Occidente?: Entrevista al Mtro. Juan Carlos Esparza
Para comprender el escenario que hoy ha desatado tanta zozobra, La Isla de Minerva a entrevistado al profesor Juan Carlos Esparza, investigador y docente de la historia de los conflictos contemporáneos.
El Medio Oriente es la región más conflictiva del planeta y un punto de interés estratégico para la geopolítica estadounidense. Si bien algunos países, como Arabia Saudita, sostienen una relación muy estrecha con la superpotencia –y no se diga el Estado de Israel-, para Irán, por cuarenta años ha sido una amenaza permanente, incluso de proporciones diabólicas.

Actualmente estamos siendo testigos de una nueva escalada en el conflicto entre estos dos países que no es para nada gratuita. Desde el asesinato por parte de Estados Unidos del comandante iraní Qasem Soleimani y los hechos siguientes: el bombardeo con misiles a las bases militares estadounidenses en Irak y el derribo por error del avión comercial ucraniano, este inicio del año 2020 ha tenido al mundo entero al pendiente de las especulaciones en torno a una posible Tercera Guerra Mundial.
La Isla de Minerva (LIDM): Hoy en día todo mundo está hablando sobre Irán y su constante confrontación ideológica con Occidente, ¿Cuál es el origen de esta animadversión?
Mtro. Juan Carlos Esparza: Hablar de Irán es algo muy reciente. Debemos recordar que este nombre apenas tiene 85 años, pues desde aproximadamente el siglo VIII antes de Cristo y hasta el cambio de nombre en 1925 por el Sha Reza Jan, ese territorio y su cultura siempre fue conocido como Persia. Ya en el siglo XIX, durante el apogeo del imperialismo tanto británico como ruso, el territorio persa fue tomado como un área de influencia debido a su posición geográfica y posteriormente por sus reservas petroleras. En ese momento reinaba en Persia la dinastía Qayar, que para principios del siglo XX se encontraba en franca decadencia, pues aquellas dos potencias disponían del territorio para su paso y sus movimientos militares contra el Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial. Esta debilidad del monarca Amhad Sha Qayar fue aprovechada por su propio ministro y el jefe del ejército Reza Jan, quien se autoproclamó monarca y tomó el apellido Pahleví. El poder del nuevo Sha estaba sostenido por los intereses ingleses y esta abrumadora presencia extranjera consentida en hizo reaccionar a los sectores tradicionalistas. Es aquí que podríamos situar el origen de la tensa relación Irán-Occidente.

LIDM: ¿Cuáles fueron las acciones de los gobiernos de la Dinastía Pahleví que exacerbaron las divisiones ideológicas en Irán?
Mtro. Juan Carlos Esparza: Esta dinastía sólo se compuso de dos personajes, padre e hijo: Reza Pahleví y Mohamed Reza Palheví. En ambos había un afán de modernización, primeramente, porque el nuevo Sha se inspiró en el proceso de laicización que había emprendido en Turquía Kemal Ataturk tras la desaparición del Imperio Otomano. Introdujo reformas occidentalizantes, como la creación de universidades, bancos, líneas férreas y las primeras leyes en torno a la liberalización de costumbres hacia la mujer. Estas tendencias lo confrontaron con los clérigos, a quienes persiguió y encarceló. Por otro lado, a pesar de que su gobierno estaba sustentado en el apoyo británico, a quienes había cedido prácticamente el control del petróleo, buscó atraer la inversión alemana precisamente en los años del ascenso del nazismo antes de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, una vez iniciado este conflicto, tanto Inglaterra como la Unión Soviética invadieron conjuntamente a Irán y obligaron al Sha a abdicar en favor de su hijo y exiliarse.
Por su parte, la figura de Mohamed Reza Pahlevi es bastante contradictoria, pues lo mismo puede hablarse de las terribles represiones y masacres contra sus opositores, como del impulso a las reformas para modernizar y occidentalizar Irán, lo que nuevamente nos trae el asunto de su confrontación con el poder religioso.

¿Cómo era el Irán del reinado de Mohammed Reza Pahleví en contraste con el que sobrevino a su caída?
Mtro. Juan Carlos Esparza: Fue un régimen lleno de paradojas, pues si bien había una amplia aceptación del pueblo a la modernización, los beneficios más palpables de este proceso sólo llegaban a una escasa clase alta. Con todo y estos procesos, las condiciones de salud en Irán eran deplorables, la disidencia política era perseguida, torturada y masacrada a manos de la SAVAK, la policía del régimen. En política, el primer ministro Mohammed Mosaddeq, quien había nacionalizado el petróleo, fue depuesto mediante un golpe de estado fraguado por la Estados Unidos e Inglaterra, solapado por el Sha en 1953, lo que le dio el poder absoluto. Por otro lado, con respecto a la situación de las mujeres, se decretaron leyes que permitieron su desenvolvimiento en sociedad, tales como el permitir el matrimonio hasta la mayoría de edad, el derecho al divorcio y la custodia materna de los hijos, todo ello anulado de la noche a la mañana con la llegada del régimen islámico en 1979, por no hablar de la libertad de vestimenta.
Otro aspecto que contrasta a con el resto de los países petroleros de Medio Oriente es que, durante la crisis del petróleo en 1973, Irán fue el único país de la región que mantuvo el flujo y comercio del petróleo con los países occidentales pese al embargo que habían decretado los países árabes; el problema fue que el producto de estos ingresos, lo destinó a la compra de armamento de todo tipo para para seguir reprimiendo.
LIDM: Regresemos al asunto de la oposición religiosa a la occidentalización emprendida por el Sha. ¿Cómo surge el personaje que sería tras la revolución el Líder Supremo de Irán, el Ayatolá Jomeini?
Mtro. Juan Carlos Esparza: Ayatolá es un alto cargo dentro del islam chií. Ruhollah Jomeini alcanzó ese grado y convirtió en la máxima autoridad del islam iraní desde 1962 hasta su muerte en 1989, pero los dos años de haber llegado a esa posición, en 1964, fue perseguido y desterrado a causa de sus críticas al gobierno del Sha por lo que veía como la destrucción de las raíces culturales y religiosas de Irán.
Siguió predicando en Irak hasta que fue expulsado por orden directa de Saddam Hussein en 1978, cuando en Irán el estallido social ya era imparable. Entonces Jomeini se trasladó a Francia y tras el derrocamiento de Reza Pahleví en enero de 1979, regresó triunfante.

LIDM: El tema del asilo humanitario en México se ha puesto muy en boga a raíz del reciente conflicto en Bolivia y la llegada de Evo Morales al país, aunque brevemente. Antes de él, otros personajes como la viuda de Salvador Allende, el cineasta Luis Buñuel, el político ruso León Trotski e incluso, si nos vamos más atrás, hasta el poeta y libertador cubano, José Martí han sido recibidos por el gobierno mexicano. Todos ellos tienen un común denominador: son perseguidos a causa de sus ideas, es decir, víctimas de intentos de acabar con sus acciones por parte de un régimen. En esta lista, el Sha de Irán salta a la vista y contrasta de manera alarmante. ¿Cuál fue el motivo por el que este personaje gozó del asilo en nuestro país?
Mtro. Juan Carlos Esparza: La llegada del Sha a México es un tema relativamente poco abordado, pero efectivamente, es un personaje contrastante con el resto de los asilados. Una causa, sostenida oficialmente, es la neutralidad en los conflictos internacionales, sin embargo, no puede taparse el sol con un dedo y pretender que no hubo otro tipo de razones, principalmente la presión del gobierno estadounidense al presidente José López Portillo; por su parte, el Sha ya había conocido México en 1975, bajo la presidencia de Luis Echeverría. Reza Pahleví, por otro lado, ya estaba enfermo de cáncer, de lo que falleció finalmente en Egipto en 1980, por lo que se le consideró como un huésped incómodo, pero inofensivo. Se estableció en Cuernavaca también, hasta hoy es famosa la casa que dejó en Acapulco.

LIDM: Aún con el Sha fuera de Irán, las paradojas no hicieron sino incrementar, ya que la Revolución en Irán fue hecha principalmente por la población civil y el país quedó al poco tiempo en manos de los ayatolás y con ello, la vida social quedó sometida totalmente a los preceptos religiosos del islam chií. ¿Cómo es que Irán cayó de pronto de un régimen represivo laico a otro teocrático?
JMtro. Juan Carlos Esparza: Cuando contrastamos ambos regímenes, el del Sha con el de los Ayatolás, puede surgir la peligrosa tentación de señalar como más benévolo el primero que el segundo, pero nada más lejano a la realidad. Ambos, a su modo, han ejercido las represiones más aberrantes contra la población; el Sha, mediante la SAVAK y el ejército mismo y la república islámica con los Guardianes de la Revolución. Poco antes de la caída de Reza Pahleví, desde 1977 las protestas iban en aumento, pero el peor año fue el de 1978, que registra una de las más grandes matanzas de las que se tenga registro; me refiero al “Viernes Negro”, el 8 de septiembre, en el que se disolvió una manifestación con armas de fuego, tanques y helicópteros. Por su parte, el régimen islámico no ha dejado de perseguir, torturar y ejecutar a la disidencia política e ideológica, mediante latigazos y horca. La homosexualidad está penada con la muerte y la mujer aún sufre castigos por lapidación. La SAVAK fue sustituida por la SAVAMA, que al final de cuentas, es lo mismo.

La Revolución en sí, se hizo a través de manifestaciones urbanas y huelgas en las que los protagonistas eran los miembros de la clase media. Tras la salida del poder del Sha hubo un breve gobierno encabezado por el Primer Ministro, quien fue depuesto a la llegada de Jomeini el 11 de febrero de 1979, mismo día en que fue proclamada la República Islámica de Irán. Para ello, los tradicionalistas se aprovecharon de la inercia del estallido social, acapararon la conducción de la Revolución y en unas muy cuestionables elecciones, el 99.9% de los votantes optó por un régimen teocrático con el Ayatolá como “Líder Supremo”, por encima de todos los poderes.

LIDM: Si el posterior “Líder Supremo” de Irán, el Ayatolá Jomeini estuvo fuera durante el proceso revolucionario y las principales protestas contra el Sha fueron hechas por la población civil, ¿sería posible afirmar que el carácter confesional que adquirió el nuevo gobierno es prácticamente un secuestro de la causa?
Mtro. Juan Carlos Esparza: tiempo, la represión y las masacres ordenadas por Reza Pahleví alcanzaron por igual a religiosos y laicos. Lo que es en verdad contradictorio e indignante es que en todas las protestas de los años setenta, la mujer tuvo un papel prominente en el activismo, a tal grado que, al triunfo de la Revolución, a principios de 1979, al abrir las cárceles de la SAVAK, la población femenina era aproximadamente un quinto de los reclusos, es decir, un 20%, sin embargo, en marzo, apenas a un mes del arribo de Jomeini, los clérigos que se adjudicaron el poder, impusieron la obligatoriedad del chador, un tipo de velo, de acuerdo con la Sharia, esto es, los preceptos jurídicos islámicos.
