El efecto postpamdemia en el concurso de danza contemporánea 4×4 TjNight
Por Marlene Solís
El Colegio de la Frontera Norte
msolis@colef.mx
Este año se festejó la décima edición del concurso de danza contemporánea 4×4 TJ Night en la ciudad de Tijuana. Este concurso internacional surge de una adaptación de la compañía de danza contemporánea Lux Boreal, de un evento que se realizó en San Diego sobre una tarima de 4 pies x 4 pies (1.2×1.2 metros) de distintas disciplinas artísticas. La organización está a cargo de la propia compañía de danza contemporánea Lux Boreal y el Centro Cultural Tijuana (Cecut).
El escenario tan reducido significa un gran reto para las y los bailarines y para la creación coreográfica, ya que las obras deben tener una duración entre 6 y 10 minutos, deben considerar los 360 grados de frente y mantenerse dentro del perímetro de la tarima. Las semifinales se realizan en distintas cervecerías y antros de la ciudad y la final en el Cecut.
El primer año de pandemia el evento tuvo que suspenderse y el segundo se llevó a cabo en formato virtual. Así que este año y durante la última semana de abril, ya en nueva normalidad, regresó a la presencialidad. Uno de los efectos de la pandemia fue el menor número de propuestas que se presentaron en este 2022, fueron 15 obras coreográficas mientras que en otros años llegaron a participar 21.
El 4×4 TJ Night se ha convertido en una plataforma para conocer distintas propuestas, provenientes de México fundamentalmente, convirtiéndose en uno de los principales foros para conocer de las inquietudes y sentires de las y los jóvenes creadores.
Este año, destacaron las piezas colectivas, en la selección final que debe ser de hasta seis coreografías, la mitad fueron duetos, la otra mitad se compuso de un trío y dos cuartetos. Además, las tres propuestas provenientes de Xalapa, Veracruz, resultaron seleccionadas, con coreografías que destacaron por su buena manufactura. De hecho dos de ellas resultaron galardonadas con el primer lugar, el premio del público y la mención honorífica.
Las piezas ganadoras “Dados” de Crónico arte lúdico, On-danza y Colectivo de juguete y “Jaras” del Colectivo Jacaranda, aprovecharon muy bien del espacio, creando una atmósfera muy convincente. Ambas evocaron culturas regionales de México. “Dados” -desde la masculinidad de tres personajes- recupera elementos típicos de las ciudades fronterizas del norte de México; centrándose en la corporalidad de los intérpretes se construyen personajes híbridos, recupera parte del wéstern no solo por los vestuarios sino al representar: el bueno, el malo y el guapo (en alusión a la famosa película: “El bueno, el malo y el feo”). Cada intérprete va desplegando su propio baile, a partir de una cinta sonora de los ochenta. Atrapan al público con una coreografía estilo cabaret pero contenido y con cambios de ritmo y por tanto de temporalidad. Los dados se emplean como metáfora del riesgo y “la vida loca” que definen una masculinidad muy ligada a los contextos norteños de México.

Por su parte, “Jaras» es una fusión del lenguaje del folclor y la danza contemporánea. Destaca de esta pieza la integración magistral de los elementos propios del huapango jarocho, como los faldones blancos y los rebozos de colores. Esta pieza a diferencia de la anterior, exuda feminidad por lo que las sensaciones y sentires que detona entre el público son muy distintas, es una alegría que trastoca, a diferencia de la anterior que es más efectista, pues se construye desde la exterioridad, mientras que en “Jaras” la ritualidad es manifiesta. El uso del espacio es intensivo, pues la tarima obliga a integrar no solo los cuatro frentes sino el arriba y el abajo, lo que está muy bien logrado en esta pieza que nos transporta a los festivales de huapango de Veracruz.

Créditos: Fernanda Gutiérrez
La tercera coreografía colectiva podría pensarse como un segundo efecto de la postpandemia, ya que “Tiempos de guerra” de Refractos Arte Escénico plantea un tema muy actual como lo es la demanda por hacer frente en unidad a las enormes adversidades de nuestro tiempo. Para ello, a manera de metáfora nos presentan un batallón militar sui generis, integrado por tres mujeres y un hombre vestidos con uniforme verde olivo, que van desplegando distintos recursos del disciplinamiento del ejército para evocar el sentido de unidad y la urgencia de estar alertas, listas y listos para enfrentar las violencias que nos aquejan, lo cual se refuerza con un discurso que se va presentando en la voz de distintos intérpretes. La pieza tiene matices rítmicos, en los que la música juega un papel fundamental para crear distintas tensiones. Aunque la metáfora es un tanto forzada pues sabemos que los ejércitos han sido violentos y que la violencia trae más violencia, la coreografía es fuerte y genera sentimientos compartidos, globales, que la vivencia de dos años de pandemia han provocado entre las poblaciones del mundo

Créditos: Ariana Durazo
Finalmente, un tercer efecto post pandémico, podemos identificarlo entre los duetos seleccionados en la final del 4×4 Tj Night. La pieza titulada “Las batallas perdidas” de Nomadanza, a través del gesto y la corporeidad de los intérpretes, recrea un sentimiento: el enojo. En el contexto actual, seguramente este sufrimiento fue una experiencia que tuvieron muchas parejas en una convivencia cotidiana aumentada por el encierro al que nos obligó el Covid-19. También, la coreografía “Danzas absurdas” de Encuentra2 Danza Contemporánea utiliza como elemento dramático unos visores, tal cual símbolo de la mediación o las mediaciones que hemos venido incorporando en nuestra vida diaria para habitar nuestros espacios y que también con la pandemia se exacerbaron por la intensidad del uso de la web. Quizás a ambos trabajos les faltó mayor definición y fuerza dramática para plantear una propuesta más eficaz, pero logran construir imágenes sugerentes. Mientras que “Satori” de Paquidermo Danza, trató un tema más universal relacionado con las relaciones heterosexuales, el rol de sostén del hombre y la delicadeza femenina, construidas con calidades distintas de movimiento, un lenguaje contenido y plástico que se logra con un disciplinamiento riguroso y desplegado desde el virtuosismo, María Alejandra Corona Pérez,fue merecedora del premio a la mejor intérprete.

Créditos: Fernanda Gutiérrez

Créditos: Fernanda Gutiérrez

Créditos: Fernanda Gutiérrez
Esperemos que este concurso de coreografía se siga difundiendo entre las comunidades dancísticas de México y de otros países, puesto que sin duda es un encuentro enriquecedor, que contribuye a la formación tanto de nuevos públicos como de coreógrafos, coreógrafas e intérpretes creativos. Se puede consultar más sobre el 4×4 Tj Night en https://en.luxboreal.org/4x4tjnight.
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