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The Lunchbox, un relato de cartas, comida y sueños reencontrados

Por: Flor J.

A veces el tren equivocado te lleva a la estación correcta.

-The Lunchbox

 

Todos los días miles de almuerzos son repartidos a través de una infalible red de transporte ejecutada por los dabbawalas. Ellos recolectan, en casa o negocio, loncheras llenas de delicias de la cocina india y las entregan a cientos de personas en su lugar de trabajo. Pero hasta el servicio más garantizado, puede fallar y  un día, por error, los platillos que prepara una joven mujer para su esposo, son entregados a un trabajador amargado. Es así como comienza Dabba película debut de Ritesh Batra estrenada en Cannes en el 2013. (The lunchbox en países anglosajones; Amor a la carta en países hispanoparlantes)

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Saajan  Vía koimoi.com

El director sitúa la historia en el ajetreo de más de 18 millones de habitantes en Mumbai, su ciudad natal. Alejado de la parafernalia del cine de Bollywood (del cual me declaro fan), en el cual la mayoría de las películas se caracterizan por escenas coloridas, vestuarios extravagantes, musicales con bailes energéticos y canciones pegadizas. Batra nos ofrece un relato sencillo con el tema de la comida, el amor y la soledad como fuentes principales. La película podría entrar en este dicho tan conocido por nosotros los mexicanos “El amor entra por la panza”, pues es entre currys, ollas, okras, chiles, paneers y mensajes escondidos en el naan que un intercambio epistolar despertará posibilidades e ilusiones en sus dos protagonistas, y ¿Por qué no? En el espectador también.

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(Nota: Historia tan cercana a nuestro archivo literario de Laura Esquivel y fílmico  de Alfonso Arau con Como agua para chocolate)

Olvidamos las cosas cuando no tenemos a quien contárselas.

-The Lunchbox

 

Saajan e Ila, Vía Pinterest

Ila, interpretada por Nimrat Kaur, vive en un edificio de departamentos diminutos (quién dijo que los de la Condecci y la Roma Avenue eran los únicos así), en donde transcurre su vida, en la que su única prioridad son su esposo e hija, que todos los días la dejan atrás mientras van al trabajo y a la escuela, respectivamente. Ila comienza a sentir que su matrimonio va en picada y  pide ayuda a su vecina (a la que curiosamente solo conocemos por su voz) para poder llenar el estómago de su esposo y así, tal vez, volver a escalar hasta su corazón.  Del otro lado, tenemos a Saajan, interpretado por Irrfhan Khan, un contador entrado en años, solitario y que hace tiempo perdió a su esposa. Al contrario de Ila,  Saajan, pasa todos los días por los tortuosos traslados en los trenes atiborrados de Mumbai (a los que la línea dorada de la CDMX no le envidia nada) y convivencia con  individuos para los que no tiene un pelo de paciencia.

 

Vía Pinterest

El encuentro de ambos personajes no resulta en una historia de amor a lo hollywoodense, en donde gracias a una serie coincidencias sospechosas, y más que gastadas, dos personas se dan cuenta que deben estar juntos; sino que tanto Ila como Saajan comienzan compartiendo sus soledades y recuerdos.  Su historia se va hilando en cada carta, en cada palabra, en cada frase con la que logran abrir un nuevo mundo entre ellos, de una manera en la que no son capaces de hacerlo en sus respectivas realidades. Es gracias a esto que irán poco a poco recuperando lo que eran, lo que sentían y  lo que alguna vez desearon tener, y pronto, de un error, nace suavemente aquello que creían perdido… Aunque el mismo Ritesh Batra, nos recuerda que si habitamos castillos en el aire somos propensos a sufrir caídas fatales y es así que uno de sus protagonistas un día se pregunta: ¿Qué tanto puede uno soportar el peso de un sueño así?

La película se mostró en Sundance Festival y Toronto International Film Festival, en donde fue aclamada por la crítica. Recibió múltiples premios entre los que se encuentran el Asian Film Awards para el mejor guión, además de que cuenta con una calificación de 96% en rotten tomatoes.  Sin embargo,  puede que la película no sea para todos los gustos -como sucede con muchos otros filmes-, para algunos podría parecer un poco cursi  o quizás hasta cliché. Y para ser sinceros, puede ser que Batra haya elegido el camino fácil y contar una historia romántica sin aventurarse con tramas más complejas y apostar por personajes más desafiantes aunque también hubiera sido fácil realizar un musical al estilo Bollywood y no lo hizo.

The Lunchbox no se le puede agregar o quitar nada, creo que la belleza de su relato yace exactamente en lo simple, lo ligero, lo dulce, lo triste y lo íntimo. Es, posiblemente, esta combinación, el sazón exacto para que la película te mantenga enganchado.

Los invito a que la vean y me corrijan o a que me digan «oye, sicierto».

 

La película completa está disponible en youtube

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