Reseña de Deadpool 2: sangre, desmembrados y humor negro
Deadpool (2016) fue considerada una película que rompió esquemas, en especial al ser una película de superhéroes dirigida para el público adulto y haber sido bien recibido por la audiencia -y también por la críticas- hasta que llegó Logan, es más dentro de la misma película se hace un chiste sobre ello. En aquel entonces funcionó la fórmula y vaya de qué manera. Siguiendo la regla de “si no esta roto no lo arregles”. ¿Se mantiene igual de fresca la propuesta de la primera parte para esta secuela?, ¿Cumple Deadpool 2 con las expectativas generadas?, ¿Es la franquicia para adultos que Marvel necesitaba?, ¿Estamos solos en el universo?, ¿Podré comerme tres pizzas enteras sin sufrir un colapso por tanto queso en mi sangre?. Acompáñenme a encontrar las respuestas a estas y otras preguntas en esta… umm reseña no es, crítica tampoco, bueno, a la amable charla que tendré, bueno artículo. ¡Vamos allá!.
Comencemos con la alineación principal de la película: en la silla de director tenemos a David Leitch ya que Tim Miller –director de la primera parte– abandonó el barco de la secuela ya que tuvo discrepancias creativas con Ryan Reynolds; esto nos daría un mal presentimiento, ya que el director era una joven promesa –no por la edad, ya está entrado en años– donde su primera película en forma había sido Deadpool y vaya que para ser su opera prima había resultado en buenas condiciones y no creo que haya sido “la vieja confiable”: suerte de principiante, ya antes había trabajado en otros sectores del entretenimiento audiovisual como videojuegos, largometrajes y cortometrajes. Pero bueno, pero ¿Quién es David Leitch? Y esta es una pregunta esencial ya que Miller había dejado el listón alto; pues bueno, Leitch estuvo inmiscuido en películas como John Wick (2014) y su secuela John Wick: Chapter 2 (2017) además de dirigir la película de Atómica (2017); creo que lo anterior es la referencia sobre lo que el espectador se encontrará en la pantalla de cine: escenas de acción crudas y personales, con acrobacias sencillas en las peleas pero que te harán salir uno que otro: “ouch”. La dirección es competente, se ven las pinceladas de Leitch pero también la mano y la continuidad de Reynolds.

En el lado del cast, tenemos a Ryan Reynolds, Morena Baccarin, Stefan Kapicic, Brianna Hildebrand que repiten en los papeles principales como: Deadpool, Vanessa Carlysle, Coloso y Negasonic respectivamente. A este grupo que ya vimos en la primera parte se les une: Josh Brolin como Cable –imposible no ver en él a Thanos–, Zazie Beetz como Domino y Julian Dennison como Russell Collins; de él hay una curiosa anécdota, el joven actor no pudo ver la película donde actuó ya que cuenta con 15 años de edad y la clasificación R es para mayores de 16 años. Los actores funcionan muy bien en la película, se les ve química en la pantalla y que realmente se la pasaron genial en la grabación de las escenas. En cuanto al apartado audiovisual, Deadpool 2 cumple con lo que uno espera de una película del estilo, aunque, sí tiene unos bemoles en el apartado del CGI; sin embargo, son muy puntuales y no alteran en lo absoluto las escenas o la acción, así que son pasables. La música está por los mismos caminos, es olvidable y echa mano de una que otra canción licenciada. Las escenas de acción heredan mucho de lo visto en la saga de John Wick así que en ese punto sobresale por encima de la media, ya que te mantendrá atento a cada puñetazo, desmembramiento y sangre que sale de la pantalla.
Y después de una breve sinopsis técnica vamos a la pregunta de: ¿Qué tan buena es Deadpool 2? La versión corta es: bastante buena. Cierto es que, la secuela pierde –por obvias razones– el elemento sorpresa que tenía su antecesora; sabemos que veremos un humor basado en cosas sexuales, flatulencias y referencias a la cultura pop; la acción tiene estampado la clasificación R en todas las escenas; la historia y los personajes no son profundos pero tienen su personalidad. Sin embargo, sin ponernos exquisitos, la película cumple su cometido, entretiene y te emociona con tantos puñetazos y humor tonto. Al menos un servidor así lo vivió, ya que no me quise perder ningún momento de la película. La única pega que le tengo a la proyección son los subtítulos, que han sido regionalizados, chistes que adaptaron para México metiendo cosas que nunca dicen los personajes y nos sacan de la inmersión, un ejemplo es cuando hacen mención a Chayanne o a Chespirito. No entiendo porqué se empeñan en querer hacer esto, no hay nada mejor que el doblaje y subtitulado de los años ochenta y noventa donde se trataba de tener un español neutro, aunque bueno, esto ya es más personal y no es por culpa de la película en sí.
En La Isla de Minerva a Deadpool 2 le damos una ovación emplumada dotándola de 3 plumas mochuelas de 5.

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