Espacio, tiempo, y memoria: Dos fotógrafas escandinavas contemporáneas
Por Val Espinosa
Es mucho el legado que nos ha dejó el siglo XIX, y si bien para el siglo XX se rompió con las convencionalidades del pasado, no se puede negar que aún poseemos varios aspectos del pensamiento decimonónico. Uno de los movimientos más importantes de ese momento fue el Romanticismo, caracterizado por una anhelación constante de un tiempo ajeno, sentimientos de melancolía, nostalgia, maravilla y misterio.
Sea cual sea la razón, parece que en el norte de Europa se acogen de manera especial estas emociones. Incluso hoy algunas de las nuevas propuestas artísticas nórdicas han continuado aquel espíritu romántico pero a través de visiones contemporáneas. En esta ocasión, me gustaría compartirles el trabajo de dos artistas escandinavas que utilizan la fotografía como una expresión introspectiva que evoca los tiempos pasado, presente y futuro, mediante las referencias formales en sus trabajos: Nygårds Karin Bengtsson y Tonje Bøe Birkeland.
Nygårds Karin Bengtsson, nació en Mora, Suecia, en 1972. Vive y trabaja en Höganäs. Antes de entrar a la escuela de arte, estudió teatro y fotografía documental. Bengtsson crea escenas de contemplación nostálgica. Mediante el arreglo meticuloso y teatral de lo que integra la composición, sus sujetos se encuentran en un espacio imaginario que nos parece familiar, donde se interponen la ficción y la realidad.
Por lo general, sus fotografías son de una sola persona en algún interior o paisaje, la mayoría del tiempo con el rostro oculto o con la mirada hacia algo que no vemos, a veces introspectiva. No se sabe quiénes son, dónde están y que sucedió o sucederá. La mirada oculta de las personas en la fotografía de Bengtsson habla de una intimidad que no va a ser revelada, y que por ello el espectador puede familiarizarse con las escenas. Es el propósito de Bengtsson borrar las líneas entre los sueños, la memoria, la realidad, la ficción y la visión.
Su obra gira en torno a la atemporalidad: la relación entre espacio y tiempo, hecho y ficción, memoria y visión. Con referencias a la Historia del Arte, Bengtsson arma un diálogo con el pasado y el presente, y el trabajo se vuelve una investigación sobre la espacialidad, la luz y el sentimiento de melancolía. Una mujer sentada en la cama de una habitación, volteando hacia la ventana; dos personas sobre un bote en medio de un lago, de espaldas a nosotros. No podemos ver su rostro.
Room, Boat, Reading Woman.
Tonje Bøe Birkeland, por su lado, es una fotógrafa noruega de Bergen (1985), donde estudió y trabaja. Su obra, desde el 2008, consiste en la creación de personajes, alter egos suyos, con una personalidad, era, deseos e historia distintas, quienes a partir de su interacción con objetos descubiertos, y mediante la conjunción imagen-texto, relatan la historia de un viaje por vastos paisajes de cierta forma atemporales en los cuales la artista se proyecta; un viaje hacia sí misma de la mano de sus personajes, Luelle Magdalon Lumiére, Tuva Tengel y Aline Victoria Birkeland.
“Los paisajes atemporales se convierten en escenarios para viajes a través del tiempo, travesías hacia el pasado, mientras nos muestran eternidad, una sensación de atemporalidad y sugieren la posibilidad de nuevos descubrimientos”
En Birkeland, encontramos por lo tanto una obra conformada por momentos vividos inmortalizados en una cámara, que se forman a partir de las experiencias de ella y de su personaje, y a la vez éstas generan una pulsión hacia nuevas vivencias. Aquella posibilidad de la que habla Tonje Birkeland, suspendida en el tiempo, nace de la experiencia y, mediante la obra de arte, es una nueva experiencia en potencia. En su trabajo, relata el trasfondo de cada uno de sus alter egos, cada uno con su álbum fotográfico y un diario de viaje.
Plate #11, Plate #18 y Tuva Tengel 11926
Un elemento en común que guardan las dos artistas es su concepción del espacio dentro de la fotografía. Trabajan con la fotografía montada o staged photography, la cual consiste en la manipulación de los elementos que serán fotografiados para crear un espacio artificial en la imagen, en un ejercicio que podríamos llamar “invención conceptual”.
A partir de la construcción de espacios según un específico montaje de elementos, se crea en la fotografía un lugar inexistente que guarda en él la experiencia de sus protagonistas: un niño, un hombre, una mujer, Luelle Magdalon Lumiére, Tonje Bøe Birkeland, Nygårds Karin Bengtsson…
En Nygårds Karin Bengtsson, la construcción del espacio, de la cual ella se hace cargo por completo, resulta en “…remover información en vez de añadirla a la imagen. Lo que queda es un fragmento, una especie de punto intermedio entre naturaleza muerta y cuadro cinemático”; en conjunto, las imágenes proyectan una sensación de nostalgia en un lugar familiar pero ficticio. En el caso de Tonje Bøe Birkeland, los paisajes sirven como medio para sus personajes, caracterizados según su historia, y la conjunción de ambos permite la existencia de un espacio imaginario y real a la vez, en el cual se hace visible el “paisaje interior” del artista a partir de su imagen exterior. En el caso de ambas artistas, hay un recuento de historias que muestran la relación del humano con su entorno y el espacio representado es eco del ser.
Otro elemento importante es el tiempo. El vínculo tiempo-espacio es desasociable en el caso de estas obras. Para Nygårds Karin Bengtsson, la familiaridad onírica que se presenta en sus imágenes depende precisamente de que es algo que se comparte entre los seres humanos independientemente del momento, son cosas que ya existieron y que siguen haciéndolo, por lo cual el tiempo se queda suspendido o en constante renovación según quien lo vea. Tonje Bøe Birkeland, al crear personajes que vivieron en el pasado y plantarlos en un paisaje, permite crear la sensación de atemporalidad. Son mujeres del pasado, desplegadas de ella misma, su presente. Como ella lo explica:
“Viajo en el espacio, mediante un intento de viajar en el tiempo, para escenificar y fotografiar a otra mujer y sus historias”.
Esta aproximación a la idea de tiempo me recuerda a la noción de tiempo de Proust, donde la línea entre pasado y presente se disuelve, y ambos son realidades latentes que se yuxtaponen en un mismo espacio-tiempo, todo en función de la memoria, otra idea indispensable en el trabajo de ambas artistas.
“El arte de Nygårds Karin Bengtsson’s tiene a la Memoria como tema central: Cómo recordamos, lo que recordamos, cómo las memorias, la realidad y la imaginación se sobreponen y de mezclan o cambian de lugar. El resultado son historias ficcionalizadas y memorias recreadas. Su trabajo se centra en la relación del hombre moderno con el tiempo y el espacio, y sus imágenes pueden ser vistas como historias escenificadas de la memoria del pasado.”
Se trata de momentos indefinidos que nos resultan familiares pictórica y emocionalmente. En Birkeland, este concepto de memoria se encuentra en sus alter egos. Con base en las historias de éstos, las mujeres se desenvuelven en el espacio-tiempo, y su presencia remite a un pasado ficticio, cuyo recuerdo echa a andar la experiencia artística.
Dejando de lado el rollo conceptual, otro aspecto más sencillo de la cuestión de memoria en su correspondencia espacio-tiempo lo vemos en la imagen misma. Es notable en la obra de estas fotógrafas la relación que guardan sus imágenes con el arte romántico del siglo XIX, especialmente del norte de Europa. Hay una clara reminiscencia reconocida por las artistas a las a las obras de Caspar David Friedrich —de quien, además de lo formal, encontramos el sentido de wanderlust y la idea del viajero—. Hay una evocación también a las del Vilhelm Hammershoi —uno de mis artistas favoritos— y a las de Johannes Vermeer. La Las obras de estos pintores comparten la proyección de nostalgia, contemplación y soledad a partir de su interacción con el espacio y la atmósfera creados, y esto trascendió de la pintura a la fotografía. La obra de Tonje Bøe Birkeland y Nygårds Karin Bengtsson es solo un ejemplo de cómo la tradición pictórica sigue vigente como vehículo para explorar nuevas aproximaciones en las expresiones artísticas contemporáneas.
Caspar David Friedrich. Wanderer above the Sea of Fog (1818); Johannes Vermeer: Woman in Blue Reading a Letter. circa 1662-1663; Johannes Vermeer. A Lady Writing a Letter, 1665; Vilhelm Hammershoi. “Interior in Strandgade, Sunlight on the Floor” (1901 y Vilhelm Hammershoi. Interior, Strandgade 30, 1909
Si les gustó el trabajo de estas artistas y quisieran conocer más sobre él, los invitamos a visitar sus páginas oficiales:
Tonje Birkeland:
http://www.tonjebirkeland.com/
Nygards Karin Bengtsson:
http://www.nygardskarinbengtsson.com
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Creo que debí comenzar este artículo con la advertencia de que en él se reúnen algunos de mis temas favoritos: la relación espacio-tiempo en el arte, la idea de memoria, los temas cursis de nostalgia, y la pintura (y fotografía) nórdica. Pero mejor me disculpo aquí al final, porque una advertencia rara vez es buena forma de comenzar un artículo si no se busca disuadir a nadie de leerlo.
Originalmente, este era un texto más extenso que alguna vez escribí para una de mis clases —bienvenido el reciclaje académico—, así que en caso de que sean entusiastas de estos temas como yo, o que les haya interesado lo suficiente como para dejarse caer en ellos, les dejo algunas recomendaciones de lectura:
Walter Benjamin. Tesis sobre la historia y otros fragmentos.
George Didi Huberman. Ante el tiempo.
Joan Fontcuberta. Estética fotográfica: selección de textos.
Jean-Luc Nancy. La mirada del retrato.
Marcel Proust. En busca del tiempo perdido.
Andreas Müller-Pohle. “Photography as Staging”: http://equivalence.com/labor/lab_mp_wri_insz_e.shtml