Call of the Sea: una vuelta a la aventura gráfica en tiempos modernos
Por Abraham Juárez
Fui de los afortunados de vivir la época dorada del género conocido como «Aventura gráfica» o «point-n-click», allá por los años noventa, joyas como: La pesadilla turca, The Secret of Monkey Island, Grim Fandango, Myst, entre otras; que se basaban en ir resolviendo acertijos en distintos escenarios predefinidos para que poco a poco se nos fuese revelando la trama conforme las horas frente al monitor pasaban. El día de hoy les traigo un juego que retoma algunas ideas y formas de aquellas joyas noventeras pero adaptadas a tiempos actuales. Call of the Sea, es un videojuego desarrollado por el estudio español Out of the Blue y actualmente se encuentra en Xbox One, Xbox Series X|S y PC (Steam). Yo he accedido a él gracias al Game Pass en dónde los suscriptores a este servicio de Xbox lo podrán encontrar.
El juego nos transporta a los años treinta del siglo pasado y nos pone en los pies de Norah, una mujer, que se embarca en una búsqueda para hallar a su esposo Harry, lo que la hace llegar a una isla remota en el Pacífico Sur, lugar que tiene fama de entre los lugareños de estar lleno de misterios y peligros. Esto no limita a nuestra protagonista que no solo busca a su esposo, sino también la cura de una enfermedad que la aqueja. Por ello, Norah tendrá que avanzar entre lugares fantásticos prácticamente salido de la mente del gran H.P. Lovecraft —sin duda el «Call of» es referencia a este gran escritor y su obra Call of Cthulhu—, zonas en dónde resolverá puzles para poder salir avante de su aventura.

Este género ya había sido de mi gusto desde hace mucho, por las tramas un tanto lentas y resolución de acertijos no tan orgánicos me alejaron de los productos más reciente, sin embargo, Call of the Sea plantea estás premisas básicas de manera correcta y están bien implementadas, realmente te sientes sumergido en la historia; las mecánicas no son innovadoras y se mantiene en la línea de una aventura gráfica más, sin embargo, es la atmósfera de incertidumbre, junto con algunos elementos visuales, así como los monólogos que tiene Norah de vez en vez, lo que le da su toque característico al videojuego, logrando atrapar nuestra atención en todo momento.

Si bien es cierto que los acertijos en cierto momento se vuelven repetitivos y/o fastidiosos, lo cierto es que la duración del juego, —me tomó acabarlo alrededor de unas seis horas—, ayuda a que no se caiga en una monotonía, algo que podría alejar al usuario; además, la exploración se siente orgánica y te incita a buscar por todos lados para poder comprender un poco más la historia y la personalidad de tu protagonista, así como de Harry, su esposo.

En general, Call of the Sea es un juego disfrutable a secas, sí eres de aquellas personas que gustaban en los años noventa e inicios de los dos mil de aventuras gráficas no te decepcionará, sin embargo, sí prefieres los juegos de acción y gustas de llenar de plomo a todo aquello que se mueva, este no es tu juego. La gran ventaja que tiene Call of the Sea es que está de “manera gratuita” —y lo entrecomillo porqué pues pagas por el servicio— en Xbox Game Pass, por lo que se le puede dar una oportunidad sin gastar un solo centavo, también se debe decir que el precio en Steam es relativamente accesible, pero repito, sí lo tuyo no es resolver acertijos y disfrutar de aventuras llenas de misterio y contemplación, mejor invierte tu dinero en otro lado.

En La Isla de Minerva le damos 3.5 de 5 plumas mochueliles.
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