Poema: Nadie se ha muerto de amor
Por Reyes Muñoz Brenda
Cuando te marchaste
lloré tanto
que creí que inundaría
todo el cuarto;
entonces lloraba más
para volverme catástrofe
y fueran mis lágrimas
quienes arrasaran con todo,
llevándose nuestras fotos
colgadas en la pared,
mi libreta llena
de poemas para ti,
la caja donde guardaba
todas tus cartas,
los libros
con tus dedicatorias
y tu aroma;
porque yo no sería capaz
de hacerlo por mi
propia cuenta,
con mis propias manos.
Que las lágrimas limpiaran
nuestros recuerdos,
el rastro de los embriones
que alguna vez habitaron en mí,
la sombra de los besos
que me diste y de los que
ya no me darás más,
las caricias
sobre mis cicatrices,
los te amaré por siempre
que muerieron
el día que te fuiste,
los planes que nunca cumplimos,
la ausencia de tu pecho
contra mi espalda
y el adiós que nunca me diste.
Y que de paso
me limpiaran a mí,
completita,
todita,
porque ya no me imagino
sin ti.
Sin ti.
Nunca me preparé
para pronunciarlo.
Sin ti.
Se me rompe el corazón
al saber que también significa
contigo para alguien más.
Sin ti.
Me pregunto si a ti
también te duele
y asusta
el sinmigo.
Sin ti.
Significa una victoria
para tus padres,
tus amigos
y para Lilián.
Sin ti.
Me
cuesta
respirar.
Mi madre me busca entre
las cobijas porque
pareciera que la cama
y la pena me han tragado
enterita.
Me dice que no me preocupe,
que no tenga miedo porque
de amor nadie se ha muerto
y sus palabras me hacen
gritar de espanto.
No es morir a lo que le temo,
sino a una larga vida sin ti.
Así que, por favor,
nadie me diga que
mis síntomas son falsos
y que no
me estoy muriendo de ausencia.
Categorías