Saltar al contenido

No te limites mi rey

Por Santiago Miranda Rodríguez

“Quien no se mueve, no siente las cadenas”

-Rosa Luxemburgo

Hace unos meses en mi escuela se organizó y llevo a cabo el concurso de debate, este es un certamen que se realiza una vez al año y despierta un enorme interés en los alumnos, es una sana competencia intelectual apoyada por los profesores y en el cual, por cierto, nuestro equipo hizo historia ganado por primera vez estudiantes de primer año.

No crean que les cuento esto de a gratis, tiene relevancia en el tema, y es que resulta que un día antes de que comenzara el primer debate, el profesor nos otorgó los temas, a mi equipo le toco uno muy curioso, postura antivacunas. En un momento donde los temas acerca de la inclusión, derechos de la mujer y de género se encuentra en boca de todos los medios, honestamente esperaba tener que debatir sobre alguno de estos temas, así que de entrada la postura antivacunas me agarro por sorpresa e incluso me sorprendió, pero no por el tema en sí, sino porque en mi cabeza, con los antivacunas, no había nada que debatir simplemente hay que vacunarse, y ya.

Para mi fortuna me toco atacar las vacunas, es decir, defender la postura antivacunas, lo cuál hizo que abriera mi mente y tratara de ponerme en sus zapatos para presentar un debate a la altura, sin embargo, represento un gran reto para mí, ya que tendía a descalificar o menospreciar los argumentos en contra de la vacuna por considerarlos “tontos” o generalizar y colocarle la etiqueta a todos los argumentos de absurdos, en fin, logramos entender la postura y crear argumentos que resultaron bastante válidos que hicieron algo mucho más allá de darnos la victoria en ese debate, me mostro mis cadenas, entendiéndolas como la limitación, que nos marcamos impidiendo comprender aquello con lo que no concordemos.

Que no se me malentienda, no estoy en contra de las vacunas ni nada por el estilo, las recomiendo y la ciencia las promueve, lo que quiero rescatar es que gracias a este proceso inconsciente por el que pasé, ya no descalifico automáticamente todos los argumentos distintos a los míos y puedo entenderlos, aunque no esté de acuerdo.

Este fue un ejemplo bastante burdo, sin embargo, creo que todos tenemos cadenas que nos atan a ciertas ideas fijas, que en nuestra mente son verdades absolutas, este tipo de ideas nos impiden comprender las cosas y convivir con otras ideas, uno de los grandes problemas de nuestra sociedad actual es precisamente ese, la intolerancia.

Créanme, no hay mejor sensación que haber roto esas cadenas y ser consciente de ello, porque así uno puede compararse con su yo del pasado y observar un gran mejoramiento como ser humano, romper estas cadenas es crecer, madurar y mejorar, es por eso por lo que se agradece un contenido que te abra la mente y te permita convivir con perspectivas distintas, ese es precisamente el objeto del arte.

Prensa Inmunda escrita por Edgar Morín es uno de esos contenidos que se agradecen infinitamente, nos abre la mente y narra como es que la intolerancia conduce a asesinatos, secuestros, espionaje, acoso, intimidación, chantaje y extorsión en contra de los periodistas.

Nos plantea de una manera diferente la creciente ola de violencia en contra de los integrantes del mencionado gremio, aportándonos una lectura alejada de la común, sustentada en datos, cifras, historia y una enorme colección de entrevistas a personajes destacados del mundo del periodismo, en carácter de anónimo por su puesto.

Nos da un contexto histórico bastante amplio e impactante y logra aterrizar historia muy alejada a un México contemporáneo, recorriendo el final de la revolución, el institucionalismo priista, la alternancia y finalizando en el actual gobierno autodenominado 4T. Su autor, Edgar Morín es un doctor en antropología por la UNAM, aunque antes estudió periodismo y comunicaciones, dirige proyectos académicos de gran relevancia y a publicado varios libros.

IEs un libro histórico que abarca el recorrido de espionaje en México y el mundo, sin embargo, no es propaganda y presenta un análisis centrado, disfrutable, alejado de tendencias políticas y es un excelente primer paso para alguien que es consciente de sus cadenas y decide romperlas.

Así que te recomiendo que leas este libro, tiene una lectura rápida y ágil, eso sí, no dejes que te desanime si tu camino va por el periodismo, lo que leerás es triste, cruel e inhumano, tal cual como diría Henry Kissinger, “Eso tiene el desagradable olor de la verdad”

Categorías

literatura

Etiquetas

,

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: