¿Quiénes son?
Por Santiago Miranda
Los de abajo, los de arriba, los de la izquierda o de la derecha, todos pelean contra todos y más ahora, ¿quiénes son los buenos, quienes los malos? ¡Por suerte estamos en el lado correcto de la historia!, o eso nos gustaría pensar, porque en primer lugar tendría que haber “lados”.
-mesmamente compadre
-Porque lo que yo no podré hacerme entrar en la cabeza, es eso de que tengamos que seguir peleando… ¿pos no acabamos ya con la Federación? Porque si uno trae un fusil en las manos y cartucheras llenas de tiros, seguramente que es pa pelear. ¿Contra quién? ¿En favor de quién? ¡Eso nunca le ha importado a nadie!
Este representativo diálogo entre Anastasio Montañés y el estado mayor del General Macias, en mi opinión, se mantiene más vivo que nuca. Estoy seguro de que son pocos los autores que puedan grabar, por medio de palabras, su vida y pensamientos, ni se diga la de un país, pero, es menos frecuente uno que logre capturar una esencia, y de algo tan sofisticado como el “mexicano”. Existen innumerables ensayos y estudios que abordan este peculiar tema, porque es la fuente de las respuestas a las preguntas más dolorosas de los mexicanos, pero que tanto nos intrigan, ¿Quiénes somos? ¿Por qué somos así? ¿A dónde vamos? Pero se quedan cortos, ni 100 ensayos pueden calar tanto ni reflejarnos tan certeramente como una novela y Mariano Azuela en “Los de Abajo” lo hace perfectamente.

Resulta muy interesante que uno de los procesos fundamentales para México haya transcurrido de una manera tan… “mexicana”, puede sonar ridículo lo que les estoy diciendo, pero si nos detenemos un segundo a analizar esto, resulta que nos encontramos con mucho hilo de dónde jalar.
Hay que entender al “mexicano” como una cultura, una identidad relativamente nueva y que, por lo tanto, sus efectos son recientes, las primeras dos transformaciones que sufre nuestro país fueron acompañadas o conducidas de la mano con algún país extranjero, el mejor ejemplo es la conquista que cuyo resultado generó la primera transformación, siendo la independencia, la segunda transformación las leyes de Reforma, éstas aunque fueron escritas en mi natal y bello Veracruz por Benito Juárez, la identidad del mexicano no estaba tan presente ni mucho menos consolidada, por lo que se tomaron ideales extranjeros y de la misma forma acciones para concretarla.
Es por eso que esta novela, que abarca la tercera transformación, analiza la estructura del mexicano por medio de icónicos personajes revolucionarios, todos viven situaciones distintas, relata magistralmente la vida en la Revolución y quienes eran esas personas que verdaderamente luchaban e impulsaron un cambio ¿Por qué?, ¡no, Porque no Caray!
-¿Villa?… ¿Obregón?… ¿Carranza?… ¡X… Y… Z…! ¿Qué se me da a mí?… ¡Amo la revolución como amo al volcán que irrumpe! ¡Al volcán porque es volcán; a la revolución porque es revolución!… Pero las piedras que quedan arriba o abajo, después del cataclismo, ¿qué me importan a mí?…
Mariano Azuela nos describe, tal vez sin querer, desde la experiencia, fue médico y trabajo codo a codo en la facción del ejército comandada por Villa, su retrato es descarnado, vivo y doloroso. Hasta cierto punto, filosófico, pero sobre todo muy, pero muy entretenido, refleja fielmente lo que el autor creía de la revolución, al inicio la obvia justificación y desesperada busca de justicia, después la atrocidad y furia destructora para cerrar con el auténtico despropósito y posiblemente, descubrimiento de su origen, no una lucha por justicia, sino por el poder.

Una fascinante obra que todo mexicano debería leer y aunque habla de un tema histórico, es más actual que nuca, pues si al fin y al cabo nos describe y nosotros somos los que creamos nuestra propia historia, ¿estaremos condenados a repetirla?, o ¿podremos quitarnos lo mexicano a nosotros, los mexicanos?

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