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Mujeres excepcionales Vol II. Jenny Marx, madre del comunismo

Por Jorge Isaac García Nava

Existe un dicho que reza: “Detrás de cada gran hombre, existe una gran mujer” y quien lo dijo claramente era un imbécil. Como esposo puedo asegurar que, para que la fórmula del matrimonio monógamo funcione, ninguno de los participantes puede estar “detrás” del otro; es un trabajo en equipo, un esfuerzo conjunto, una responsabilidad compartida y una labor constante de todos los involucrados.

Sin embargo no podemos (ni debemos) olvidar que las relaciones humanas tienen otros elementos que se deben considerar. Alejandra Ávila Pérez en un artículo publicado en esta misma revista dijo algo que me pareció esclarecedor: “Mientras producir y conquistar sean prioridad, siempre habrá alguien siendo esclavizado en la labor. La mujer no se escabulle de la naturaleza, se sabe biológica y no desdeña la ciclicidad de la labor en tanto que no puede librarse” (Ávila Pérez, 2021). Si a esto le agregamos la opinión del matrimonio desde algunos otros puntos de vista, como el comunista, que en resumen dice: “La aparición en la historia del matrimonio individual constituye la conquista de un sexo por otro; la mujer es conquistada por el hombre. Sin embargo, Engels lo considera como un fenómeno del progreso histórico.” (Partido Socialista Centroamericano, 2021. p 23) podemos entender la importancia de la lucha feminista hoy y porque es una lucha legitima que debemos de apoyar y promover. Aún queda mucho por hacer.

Lamentablemente el papel de la mujer en la historia ha sido, casi siempre, el de personaje de apoyo (usualmente como esposa) al hombre; en muy raras ocasiones una mujer obtiene el reconocimiento que merece por su participación activa en la transformación del mundo. Se nos presentan como testigos de los logros y no como partícipes y la realidad es distinta. El hombre en cuestión no hubiera conseguido ni la mitad de lo que logró sin la participación activa de esta mujer a su lado.

Hoy les quiero platicar de uno de esos casos, una mujer que es básicamente ignorada por el relato del siglo XIX pero que ha marcado la historia como pocas y que por suerte está en proceso de recuperación por la historiografía moderna: Johanna Bertha Julie Jenny von Westphalen Marx. Famosa por ser la esposa de Karl Marx pero que es mucho más que eso, ella articuló el pensamiento caótico de Marx y por ende le da forma al materialismo histórico y la teoría comunista.

Conocida como Jenny Marx, nació el 12 de febrero de 1814 como aristócrata prusiana hija del Barón Johann Ludwig von Westphalen y Caroline Heubel von Westphalen, una familia acomodada que tenía una larga historia de poder e influencia en la política alemana y escocesa. Tuvo la buena fortuna de tener un padre de la nobleza pero partidario de las ideas de socialistas franceses como Saint-Simon y ligeramente liberal comparado con sus compatriotas; uno de sus hermanos platica como el padre llegaba a casa y discutía las noticias del día con su esposa pero en realidad era Jenny la que más participaba, quien obtuvo del padre un olfato político y un amor profundo por Shakespeare. Es un hombre que está parado en el cambio de época: la lucha entre la nobleza y la burguesía.

Jenny joven, fecha desconocida.

Por otro lado la madre de Jenny, burguesa, tenía contacto con esta clase ilustrada y se sabe que su primo fue un editor y dueño de una librería, por este enlace podemos asumir que tuvo contacto con el mundo de la lectura y la intelectualidad. Permitía cierta libertad en sus hijos e hijastros al crecer y, de hecho, el padre tuvo una esposa antes de Caroline y su hijo mayor criticó a la madrastra por su forma libre de educar a sus hermanos y hermanastros. 

Sabemos que Jenny tuvo un tutor de inglés que solamente hablaba francés, entonces como mínimo hablaba y leía alemán, inglés y francés, participaba en círculos de lectura, especialmente de literatura francesa, donde hace uso años había ocurrido un pequeño evento: la revolución francesa. También, leyendo sus cartas y especialmente su obra más famosa, Breve esbozo de una vida agitada, vemos que también usa frases en latín, entonces podemos asumir que o leía filosofía donde abundan o pudo leer y escribir latín.

Para 1831 y apenas a sus 17 años (una niña a nuestros ojos), Jenny conoció a un teniente segundo Karl von Pannewitz y quedaron prendados a pesar de que él era 11 años mayor. El joven pidió su mano en matrimonio y, saltando el protocolo social de época, ella aceptó; sin embargo la boda no se llevó a cabo y, de nuevo sorprendiendo a todos y rompiendo las normas, ella misma rompió el acuerdo matrimonial. En referencia a esto Michael Heinrich dice: “tanto el compromiso como la cancelación fueron decisiones que solamente Jenny tomó, lo que habla de la fuerte personalidad a la que hacía referencia Ferdinand (hermanastro) pero también a la actitud liberal de sus padres.” (Heinrich, 2019) Y estoy de acuerdo con esto. Como última nota respecto a sus padres, Johann será una gran influencia en Karl Marx también, siendo señalado en todas las fuentes como un mentor y protector.

Jenny uso esta misma libertad para comprometerse en secreto con el que será su esposo hasta la muerte (y el amor de su vida me atrevo a aventurar) Karl Marx. Ella era cuatro años mayor y cuando se comprometió por primera vez, él tenía solo trece años, sin embargo, cinco años sirvieron para que el joven estudiante creciera y en el otoño de 1836 se comprometieron uno al otro. Como en una historia de novela, no le dijeron nada al padre de ella, pero Marx si le pidió ayuda a su padre, quien le recomendó que acabara sus estudios lo más rápido posible. Pero por una variedad de cosas no pudieron completar su matrimonio sino siete años después, en 1843, ella tenía veintinueve años, el veintitrés.

Jenny y Caroline, ca. 1858

En 1843 se trasladan a Paris, donde la pareja conocería a Engels, un amigo de ambos de por vida y hasta ese momento, la participación de Jenny fue, muy seguramente, solo conversacional aunque, en 1844 Jenny viajó sola a la casa de su madre con su hija infante, estando ahí el rey de Prusia sufre un atentado y ella le escribe una carta a Marx con su lectura  de la situación, la cual fue tan buena que se publicó en el periódico en el que Marx trabaja bajo el nombre “Carta de una mujer alemana”.

En 1845 fueron expulsados de Francia por su participación con periódicos radicales y  se mudaron a Bruselas, mientras que Jenny estaba embarazada de su segunda hija. Aquí vemos una de las facetas con las que esta gran mujer es usualmente identificada: ella se hizo cargo de las deudas que dejan en Paris, pero también fue en Bruselas donde la participación y la pluma de Jenny fue más activa. En este periodo Marx comenzó a dictar y Jenny a editar obras como La ideología Alemana, La miseria de la filosofía y la obra más famosa del trio: El Manifiesto del Partido Comunista, obra que ella terminó en 1848. También, en ese periodo, nacía la segunda hija y el primer varón del matrimonio, así mismo, llega Helena Demuth, una chica sirviente enviada por la madre de Jenny. Mientras que Helena se encargaba de las labores del hogar, Jenny se dedicaba a copiar manuscritos, transcribir notas, editar y preparar para publicación todos los escritos.

Para 1846 forma parte del Comité Comunista de Correspondencia como Secretaria pero, poco a poco se van quedando pobres, su última acción en Bruselas fue cuando celebraron el año nuevo de 1847 a 1848 con los trabajadores de la Unión de Trabajadores Alemanes y ella participó recitando para sus compatriotas, en el reporte se deja por escrito que tiene “un brillante talento para recitar”.

El 4 de marzo de 1848, Marx es arrestado y, en su afán de búsqueda, Jenny también es arrestada aunque sabe navegar muy bien por las turbias aguas de la autoridad y consigue ser liberada tras una sola noche y sin dar información de ningún tipo. Al final de todo, los Marx son expulsados de Bruselas y regresan a Paris. Donde fundan el Club de Obreros Alemanes y donde ella vuelve a tomar su papel de secretaria, además de organizar eventos y conferencias.

Jenny y Marx, ca. 1869

En un intento de comenzar la revolución en su natal Alemania, Marx y Engels va a Colonia, Alemania pero con la derrota de la ola revolucionaria de 1848-1849 son expulsados de su país con rumbo a Inglaterra, para no regresar jamás. Mary Gabriel en su biografía novelada pone palabras hermosas (aunque apócrifas) en su boca: “Aquellos que peleamos con espada o pluma por el reino de los pobres y desprotegidos, con gusto seremos capaces de ganar el pan en el extranjero”.

La vida de los Marx en Londres fue la peor época para Jenny ya que estaban más pobres que nunca, lejos de todos los que amaban y constantemente vigilados y acosados por las autoridades. Rentaban un ático de 2 recamaras que compartían 8 personas y en esta situación pierden a tres bebes y a un hijo mayor, ella escribiría en una carta: “Es un dolor que jamás sana, jamás cicatriza, ya que ni la herida ni la cicatriz jamás desaparecerán” («Marx, Jenny von Westphalen (1814–1881) Encyclopedia.com», 2021). En 1851 Jenny descubre que Marx tenía un amorío con Helena Demuth, la asistente que fue enviada por la madre de Jenny muchos años atrás y por si no fuera poco, en 1852, contrae viruela que la deja marcada de por vida, además su madre muere en esta época aunque le deja una cantidad de dinero que les permite comprar una modesta casita en las afueras de Londres. Sus esperanzas quedaban en la publicación de la obra cumbre de los Marx: El Capital, que fue publicada en 1867 y que pasó mayormente desapercibida en su momento, como siempre, Jenny fue la principal editora del libro.

Con la revolución que llevaría a la Primera Comuna de Paris los Marx regresaron a las andadas y en su casa dieron refugio a inmigrantes, siendo Jenny la más grácil de las anfitrionas; mientras el trabajo no cesa y ella traduce y transcribe un nuevo texto: Herr Vogt o Señor Vogt. Con el despido de Marx del periódico Tribune la preocupación económica regresa pero por suerte un gran amigo, Wilhelm Wolff, les lega una herencia y eso les permite mantenerse a flote. Jenny es diagnosticada con cáncer de hígado en los primeros meses de 1881 y su enfermedad evoluciona rápidamente y muere el 2 de diciembre del mismo año. Engels dio el discurso en su funeral ya que Marx estaba muy enfermo.

Una línea de su Breve esbozo de una vida agitada nos indica que su brillantez fue enterrada por las obligaciones familiares y la línea dice: “El recuerdo de los días que pasé en su pequeño estudio copiando sus artículos garabateados están entre los más felices de mi vida.” (McLellan, 1981) Y sin Jenny copiando estos garabatos, el mundo jamás hubiera visto la monumental obra de los Marx, mucho menos la hubiera entendido.

Jenny, ca. 1880

Referencias

Categorías

historia

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